lunes, 30 de agosto de 2010

Comunicado del Espacio Verdad y Justicia

Desde el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo continuamos demandando una investigación convincente, profunda y que no descarte las motivaciones políticas ya que:

· El crimen se produjo a pocos días del 24 de marzo en el marco de la lucha histórica por los Derechos Humanos, siendo Silvia una militante política en la búsqueda de justicia en causas de lesa humanidad.
· El grado de ensañamiento no se corresponde con un homicidio en ocasión de robo
· Considerando que uno de los implicados trabajaba a escasos metros del lugar del hecho, y que por lo tanto era conocido en la zona no sólo por nosotros y por nuestra madre sino por el resto de los vecinos, no nos resulta razonable que haya tomado la decisión de robar en nuestro local a cara descubierta, sabiendo que lo iban a reconocer. Se deduce fácilmente que la intención era matarla desde un primer momento, incluso eso es lo que hacen, porque primero la asesinan y después roban.
· Desde los medios de comunicación se pretendió cerrar el caso descartando la hipótesis de asesinato político aún cuando la investigación judicial no había comenzado
· Llama la atención la desprolijidad de la policía que realizo el peritaje en el lugar del crimen en ausencia de la Fiscal de guardia y sin proteger la escena como el protocolo lo exige ( no se cerro el perímetro y se permitió el acceso a curiosos ), no encontró huellas en el lugar del hecho – ni siquiera las de Silvia Suppo- no dio con testigos que reconocieran a los imputados, no pudo encontrar al remisero que traslado a los presuntos asesinos hasta la terminal de ómnibus y, cuando la justicia finalmente lo encontró, la policía lo citó ilegalmente a declarar en la comisaría antes de hacerlo frente al Juez
· Por otro lado, la policía no entrego a la justicia el video de las filmaciones que la concesionaria de la terminal de ómnibus de Rafaela aportó a pocas horas de la salida de la ciudad de los implicados. Además, ni siquiera detuvo a los actuales acusados ya que lo hizo la policía de Santa Fe.
· Todavía falta ubicar un remisero, el primero, el que los acusados dicen haber llamado luego de cometer el hecho y que la policía no encontró cuando tenia a su cargo la investigación y que, hasta el momento el juez y la fiscal tampoco han hallado y no parece haber preocupación por hacerlo, algo que, no creemos que en una ciudad del tamaño de Rafaela sea una misión imposible. Esto pone en evidencia la falta de preocupación y de iniciativa de los fiscales que intervinieron en la causa que hasta el momento han solicitado escasas medidas de investigación.
· A mas de 5 meses del hecho todavía no tenemos el listado de llamadas entrantes y salientes del celular de Silvia
· Tanto el Juez, como la fiscal y la secretaria del juez no tuvieron tiempo para recibir a representantes de la Unidad de Victimologia de la Nación en su última visita a nuestra ciudad. Parece ser que la justicia de Rafaela no tiene tiempo para Silvia Suppo.
· Las llamadas que recibimos los familiares no han sido explicadas, todavía no sabemos quiénes las realizaron. Sostenemos que deben ser investigadas, pero no vemos ninguna medida de parte del juez ni de la fiscal que apunten a esclarecerlas.
· Aún estamos esperando el informe de la segunda autopsia realizada en Rosario el 30 de junio.

A la vez queremos agregar que los hijos de Silvia sentimos que fuimos revictimizados por el juez y la fiscal cuando:

· nos citaron a declarar por segunda vez y partiendo de una tendenciosa y errónea interpretación del informe de la bioquímica de los resultados del hisopado vaginal nos formularon preguntas que nada aportan al esclarecimiento del hecho induciéndonos a creer que habían sido hallados restos de semen, cuestión desmentida por la propia bioquímica en declaraciones posteriores.
· Luego de desmoralizarnos nos preguntaron si nosotros teníamos la intención de elevar esta causa a la justicia federal, cuando esto no constituye una decisión que dependa del solo criterio de los familiares, abogados, fiscal o siquiera el juez ya que se trata de causales objetivas. Es decir que esta previsto por lo legislado.

Teniendo en cuenta lo dicho, la historia de Silvia Suppo, las consecuencias políticas de su muerte, exigimos :

· Esclarecimiento ya del asesinato de Silvia Suppo
· Una investigación convincente, profunda y que no descarte ninguna hipótesis
· Cárcel común, perpetua y efectiva para todos los represores y genocidas
· Verdad y justicia para todos los compañeros y compañeras
· Al poder político, en especial le exigimos, que ponga al frente de las distintas fuerzas personal idóneo, comprometido con la democracia y la justicia, para que los ataques en forma de robos, las amenazas, el ocultamiento, los genocidas prófugos y cualquier impedimento del correcto y legal funcionamiento de los juicios, no se transformen en delitos comunes y cotidianos. Les pedimos que sean verdaderos custodios del Estado de Derecho.

Nuestra única herramienta de protección es la JUSTICIA. Porque solo podremos estar seguros cuando cada uno de los genocidas y todos sus cómplices y encubridores estén condenados y pagando su deuda con la sociedad en una cárcel común, con prisión perpetua y efectiva.

¿Cultura para todos?

¿Cultura para todos?

El Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo apoya el pedido que realiza el Centro Cultural y Social Estación Esperanza para mantener sus puertas abiertas. Creemos que es un espacio con características únicas en la ciudad de trabajo social y cultural, basado en la autogestión y la independencia. Como sociedad nos debe preocupar la posible pérdida de este Centro Cultural de construcción colectiva que viene trabajando en función de la democratización de la cultura, del acceso a los bienes simbólicos y materiales para todos y todas, fomentando la libre expresión de diversos actores sociales, especialmente de jóvenes, niños y niñas. Con su cierre perdemos todos y todas.

30 de agosto de 2010.

lunes, 23 de agosto de 2010

Hijos que buscan justicia

Rosario 12. Domingo, 22 de agosto de 2010 Hoy
NUEVA MARCHA EN RAFAELA A CINCO MESES DEL ASESINATO DE SILVIA SUPPO.

Los familiares de Silvia, que fue testigo clave en juicios por Terrorismo de Estado en Santa Fe, se volvieron a movilizar para reclamar "una investigación judicial convincente y profunda que no descarte ninguna hipótesis".


Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

A casi cinco meses del asesinato de Silvia Suppo, una marcha encabezada por sus hijos Andrés y Marina Destéfani reclamó ayer "una investigación judicial convincente y profunda que no descarte ninguna hipótesis". El punto de encuentro fue la recova Ripamonti, frente a la plaza central de Rafaela, donde las dudas de la familia de Silvia se plasmaron en un documento que cuestiona el sesgo de la causa, al juez que la tramita, Alejandro Mognaschi (Instrucción 2ª) y a la fiscal Cristina Fortunato. La prueba clave es la confesión de los dos limpiacoches que se adjudicaron la autoría del hecho, Rodrigo Sosa de 19 años y su primo, Rodolfo Cóceres, de 22, a quienes Mognaschi procesó por "homicidio calificado". Pero los hijos de Suppo consideran que la pesquisa está en mora sobre otras cuestiones: por ejemplo, que a cinco meses aún no fue localizado el chofer de un remís que trasladó a los dos imputados minutos después del crimen, desde las cercanías del negocio donde mataron a Silvia hasta la casa de uno de ellos o la listas de llamadas entrantes y salientes del teléfono celular de la víctima, que el primo de Sosa confesó haberse llevado.

La movilización fue convocada a las 15.30 por el espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo hasta la recova Ripamonti, donde se leyó el documento y siguió un recital de músicos rafaelinos. "Lo que reclamamos es lo mismo desde que mataron a mi madre: una investigación convincente y profunda, que no descarte ninguna hipótesis", dijo Andrés Destéfani a Rosario/12. Suppo era un testigo clave en causas por delitos de lesa humanidad, su relato estremeció al Tribunal Oral de Santa Fe que condenó al ex juez Víctor Brusa y compañía.

El crimen fue el 29 de marzo. Desde entonces, sus hijos Andrés y Marina Destéfani tienen las mismas dudas: si mataron a su madre para robarle o para callarla. Una sospecha que se abona en varios hechos: la fecha del ataque y su cercanía con el 24 de marzo, el día de la memoria por el golpe de 1976. La ausencia de lesiones defensivas en el cuerpo de Silvia como reveló la primera autopsia y confirmaría la segunda que se realizó en Rosario , lo que contradice la confesión de los imputados. Y "el ensañamiento que no se corresponde con un homicidio en ocasión de robo", dijo Andrés. "Nos resulta muy difícil entender que uno de los implicados (Rodrigo Sosa), que trabajaba en la esquina de mi casa y del local y que era conocido, haya tomado la decisión de robar a cara descubierta. Era muy probable que mi mamá lo reconociera y él sabía que lo iba a reconocer, por eso deducimos que la intención era matarla y no que la mataron porque los reconoció (como afirmó uno de los supuestos asesinos). Incluso, lo primero que hicieron fue matarla y después el robo".

* El remisero. Cóceres confesó que después del crimen salieron caminando del local de venta de cueros que atendía Silvia Suppo. "Hicimos una cuadra y doblamos dos, hasta la remisería", donde un chofer los trasladó hasta la casa de Sosa, aunque se bajaron antes de llegar. Andrés Destéfani dijo que la Policía no buscó a ese remisero para que declare en la causa y tampoco lo hicieron el juez ni la fiscal. "En el expediente no hay ninguna medida dispuesta para ubicar a ese chofer y no creo que sea imposible hacerlo en una ciudad como Rafaela, donde no hay muchas empresas de remises. El testimonio que puede brindar nos parece importante para reconstruir los momentos previos y posteriores al crimen, puede agregar elementos que sean válidos, pero hasta ahora no lo buscaron", agregó. En la causa ya declaró otro remisero, Rodolfo Zapatero, que trasladó a Sosa y a Cóceres, a la tarde, varias horas después del crimen, desde la casa del primero hasta la Terminal de Rafaela, para viajar a Santa Fe.

* Las llamadas. "A cinco meses, todavía no tenemos la lista de las llamadas entrantes y salientes del teléfono celular de mi madre", dijo Andrés. "Eso es importantísimo, creemos que debería estar porque podrían surgir elementos", afirmó. Cóceres confesó que el teléfono celular de Silvia "marca Samsung de color negro con tapita, estaba arriba del mostrador" del negocio y que ellos se lo llevaron. La esposa de Cóceres tambien admitió que su marido le dejó un teléfono de la misma marca, pero que no tenía chip. Ella compró uno y lo activó. "Cuando encendí el teléfono en la pantalla decía: "Hola, Silvia" y además había registro en la agenda como "pelado", "hija" "abuela y otros que no me acuerdo, pero yo los borré a todos", afirmó la mujer. A pedido de la querella, el juez Mognaschi ya dispuso el cruzamiento de las llamadas de los teléfonos celulares y fijos, de los detenidos y la familia Suppo y ordenó que fuera Gendarmería la que haga el análisis y que releve los casettes con las llamadas al mismo teléfono fijo que está intervenido.

* Dos veces víctimas. "Nos sentimos revictimizados por el juez y la fiscal", dijo Andrés Destéfani. Y recordó que en su declaración en Tribunales, "nos hicieron preguntas que no tienen nada que ver con el esclarecimiento del hecho y que no aportan nada a la investigación. En primer lugar, nos preguntaron si teníamos interés en elevar la causa a la justicia federal. Nosotros no entendemos a qué apuntaba esa pregunta. La competencia judicial no es una cuestión que resuelvan los querellantes sino que responde a causales objetivas", señaló.

jueves, 12 de agosto de 2010

Historias Militantes - Reinaldo Hattemer


Reinaldo Hattemer (Alemán)

"Yo lo conocí desde chico, desde la primaria, es más, la mamá antes de morirse me confundía con él, éramos tan amigos que nos veía siempre juntos, y cuando era ya muy anciana y yo la iba a visitar al geriátrico y me decía: ¡ah! ¡Viniste Reinaldo!
Él y el hermano se llevaban un año de diferencia, el hermano también falleció por un problema de médula a los 50 años paradójicamente digo falleció porque si hubiera estado vivo el primero le podrían haber hecho un transplante y se hubiera salvado; digamos que lo mataron 2 veces; estaban tan seguiditos en edad, uno atrás del otro parecían mellizos, todo el mundo Ios confundía y todos creían que efectivamente eran mellizos.
Vivieron en una época al lado del frigorífico y después fueron a vivir a calle Suipacha que es en donde yo los conozco, los conocí porque soy músico y ellos también lo eran, tenían un grupo: "Los criminales del ritmo", les decíamos nosotros, porque "ejecutaban" la música. Ellos tocaban rock, pelo largo, terribles vagos, eran la referencia de todo el barrio, ahí estaba la banda del chino Benítez y otros. La mayoría de los compañeros nos reuníamos en su casa e íbamos a los bailes juntos.
Éramos muy activos, no veíamos la hora de terminar el horario de clases en la escuela, ya sea en la primaria o en la secundaria, para ir a lo de los Hattemer, eran la referencia de todo el grupo, eran muy divertidos y creativos. Al mismo tiempo, siempre muy comprometidos, permanentemente leían, estudiaban o laburaban." Cuenta uno de sus amigos de infancia y adolescencia.

Reinaldo Hattemer, fue secuestrado a las 11,30 de la mañana, en el atrio de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, durante la ceremonia de casamiento de su hermano Oscar. Un grupo de unos ocho hombres vestidos de civil, pero que se identificaron como miembros del ejército y la policía, encañonaron a todos con armas largas, lo cargaron en un automóvil particular y aunque posteriormente la familia hizo todo lo posible por encontrarlo, permanece desaparecido.

lunes, 2 de agosto de 2010

Mejor hablar de ciertas cosas

Carlos del Frade.
Entrevista publicada el domingo 18 de julio de 2010 en el suplemento Rastros del diario La Opinión - Rafaela.

Convocado por el espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo, el periodista y escritor rosarino Carlos del Frade estuvo en nuestra ciudad brindando una charla en la que analizó el manto de impunidad que hoy sigue cubriendo a buena parte de los responsables de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura en la provincia de Santa Fe.


A casi cuatro meses del crimen que sacudió a Rafaela, una gran parte de la ciudadanía continúa sin saber quién fue realmente Silvia Suppo, qué tipo de militancia social y política ejerció en nuestra ciudad durante la primera mitad de los años '70, en qué lugares y junto a qué compañeros, ni las circunstancias puntuales de su detención clandestina. La mayoría también desconoce quiénes fueron los responsables locales y provinciales de su calvario hecho de torturas, atropellos y un silencio prolongado hasta bien entrados los años de la democracia. Incluso pocos conocen que su hermano, Hugo Suppo, también fue secuestrado, torturado y que salvó su vida milagrosamente, gracias a una fuga al exterior poco menos que inverosímil. Además de estas historias, que en Rafaela nadie ha escrito todavía ni desde un discurso testimonial ni desde un registro literario, existen muchas otras que dan cuenta del accionar represivo que hubo en la ciudad. Vale decir, Rafaela tampoco fue una isla durante aquellos años: tenemos a “nuestros” desaparecidos, sobre los que sabemos muy poco, para atestiguarlo. Y en este caso, decir “tenemos” significa toparse de lleno con la falta.

Mientras algunos sectores de la sociedad todavía discuten si se trató de un crimen político o si respondió a un hecho vinculado con ese gran fantasma denominado “inseguridad”, desde algunas entidades y agrupaciones se han movilizado decenas de personas para formar el espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo. Integrado por familiares y compañeros de los hijos de Silvia Suppo, Enredadera Grupo de mujeres y feministas, Centro Cultural y Social Estación Esperanza, La casona de los pibes, Centro Testimonio Rafaela, Movidero, y el Programa de Promotores Territoriales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, dicho espacio ha venido convocando abiertamente a la ciudadanía para sumarse a las distintas actividades realizadas en el marco del pedido por una investigación responsable y exhaustiva. La última actividad, realizada en la Biblioteca Sarmiento, fue la charla debate titulada “Impunidades y esperanzas. Derechos humanos y justicia en la provincia de Santa Fe”, que estuvo a cargo del periodista e investigador rosarino Carlos Del Frade.

Autor de numerosos libros de análisis e investigación periodística, Del Frade es conferencista y docente sobre historia regional y nacional, y una voz autorizada en estos temas. En la charla, el periodista y escritor describió el funcionamiento del aparato represivo en la provincia de Santa Fe durante los años de la dictadura, y habló de las consecuencias que sigue acarreando aún en democracia con el manto de impunidad e hipocresía que continúa hasta la actualidad. Además, afirmó que el crimen de Silvia Suppo es político porque sus consecuencias son políticas. “Como todo crimen, debe medirse por las consecuencias que genera. Y las consecuencias que genera el asesinato de Silvia Suppo son netamente políticas. Por eso, el asesinato de Silvia Suppo es un crimen político. Acá hay que preguntarse ¿quién se beneficia con esta muerte? Y los beneficiados son los responsables del sistema de complicidades e impunidad que se sostiene hasta nuestros días”, dijo el intelectual.

En esta entrevista con Rastros, Del Frade profundizó en los alcances de su rol como escritor y periodista, y reflexionó sobre el silencio y el vacío discursivo que hay en Rafaela con respecto a lo ocurrido durante la dictadura militar.



En una parte de la charla hablaste sobre “un silencio especial y llamativo” que hay en Rafaela con respecto a las historias de militantes desaparecidos. ¿Cómo se diferencia de los silencios que existen en otras ciudades?

En lo personal, tengo la sensación de que en esta ciudad hay un silencio instruido por una historia oficial, que hace pensar que acá no pasó nada. Desde hace quince años vengo a Rafaela por diversos motivos y siempre me encuentro con dificultades muy grandes a la hora de investigar. Justamente ahora estoy escribiendo la historia política de los diecinueve Departamentos de Santa Fe y hace un par de años vine al museo de la ciudad. Me dieron fascículos que se hicieron en el aniversario de Rafaela, pero llegaban hasta un determinado momento que es la década del '50. Parece que no hay demasiada información después de 1950. Por ejemplo, no encontré datos sobre el paso de Monseñor Zazpe por la ciudad, ni sobre la iglesia de Brasca, ni sobre el movimiento obrero de Rafaela en los años '70. Me he llegado a preguntar en serio sobre esa negación de producir algo. Esa idea de que acá no pasa nada o no pasó nada, salvo aquello que esté institucionalmente permitido contar, me llama mucho la atención. Me ha tocado estar en otras ciudades de características parecidas, como es el caso de Reconquista y Venado Tuerto, pero allí hay producción histórica reciente. ¿Por qué en Rafaela no? Quizás los investigadores piensen que después de la década del '50 no es historia todavía, y me parece erróneo pensar la historia de esa manera. Así que desde el periodismo es una obligación pensar desde la historia reciente. Me parece que la ciudad se merece un libro, o una investigación, o un documental fílmico que pueda narrar exhaustivamente lo ocurrido en la historia reciente. No importa tanto el soporte, lo importante es que se lleve adelante.



¿Cuál es el lugar que ocupan los periodistas e intelectuales en la sociedad actual? ¿Y cuál creés que debería ser?

A mí me parece que el intelectual tiene que ser crítico en su postura, siempre. Está bien que cada uno adhiera políticamente a alguna administración o partido político, si tiene ganas de hacerlo, pero si se olvida de ser crítico ya está ocupando otro lugar. El periodismo es decir aquello que alguien no quiere que se diga, el resto es propaganda. A partir de esa premisa siempre está presente la cuestión crítica. Podemos adherir políticamente a lo que creamos conveniente, pero sin dejar de lado esa cuestión crítica. Un ejemplo claro y brillante en este sentido es el de Rodolfo Walsh, que adhirió personalmente a Montoneros pero a su vez les hizo una crítica furiosa en cosas con las que él disentía. Entre paréntesis, creo que Walsh es un referente porque sobre todas las cosas tenía ganas de vivir, y me parece que sería interesante hacer toda la historia de él y no como se la cuenta ahora.

Volviendo al tema, creo que así de cuestionadora me parece que debería ser la función del periodista y del intelectual, incluso de aquello en lo que milita políticamente. Porque si su espíritu crítico se cae ¿qué aportes le podemos hacer a la sociedad?



Hablando de Rodolfo Walsh, que fue un emblema del periodismo comprometido y su uso del lenguaje fue tan preciso que lo llevó a indagar en el “Non Fiction” incluso antes de que Truman Capote lo registrara, ¿qué te preguntás a la hora de sentarte a escribir?

Me propongo ser lo más claro, lo más simple y lo más directo posible. Intento hacer la mayor economía de palabras, como también decía Rodolfo Walsh. Al mismo tiempo intento compartir los mayores elementos con la gente para que saquen una conclusión distinta a la mía, desde mi lugar de escritor de investigaciones periodísticas.



¿Nunca abordaste la ficción literaria?

Es muy poco lo que escribí y jamás publiqué. Pero por mis experiencias de aproximación a la literatura, que fueron casi todas funestas, te digo que el tipo de literatura que intento hacer es una literatura simple, directa, que le llegue a la gente con efectividad y contundencia. Como escritor, a mí me gusta mucho Osvaldo Soriano, es mi gran referente. Me parece que él ha sido el cultor de esa simpleza a la que siempre es tan difícil llegar. También rescato permanentemente al “Negro” Fontanarrosa, que ha cultivado mejor que nadie esa simpleza y esa frescura del lenguaje a la hora de escribir relatos. Fontanarrosa supo colocar la profundidad de la lengua española en una medida más abarcativa y cercana al hombre de la calle, reflejando a través de algo tan coloquial y cotidiano como el diálogo la enorme riqueza de matices de nuestro idioma. Estos son mis principales maestros literarios, mi deseo más recóndito es poder acercarme siquiera a varios kilómetros de ellos en cuanto a calidad. De todos modos, mi idea con respecto al lenguaje literario es ser simple, directo y que lo entienda la mayor cantidad de gente posible. Por eso, entiendo que el periodismo es una herramienta fundamental.





Por Santiago Alassia, Alejandro Menardi.-