jueves, 30 de septiembre de 2010

29/03/10 -6 meses sin esclarecimiento-29/09/10

El 29 de marzo de 2010, asesinaron a una testigo, víctima, denunciante, militante y compañera activista en la lucha contra la impunidad, a más de 6 meses de su asesinato la hipótesis de crimen político por encargo no ha sido investigada. A pesar de que las autoridades: políticas, judiciales y policiales siempre declaran de que no van a descartar ninguna hipótesis, la de crimen político no la quieren investigar, situación que aumenta aún más nuestra sospechas de que su asesinato responde a mensajes políticos mafiosos y cobardes de esos que los genocidas acostumbran usar.
Después del antecedente de Julio López resulta escandaloso que la investigación no tenga como objetivo primero despejar toda sospecha sobre el asesinato político.
Es imprescindible tomar medidas políticas reales y concretas tendientes a garantizar el funcionamiento de la justicia.
Denunciamos desde el primer momento una serie de irregularidades policiales. Más aún las mismas no sólo constan en el expediente, sino que además son abiertamente reconocidas por los mismos funcionarios.
Hasta la fecha ningún funcionario policial fue cuestionado o apercibido al menos, por ocultar pruebas, por interrogar a los testigos sin autorización judicial, por no cuidar la escena del crimen o por no impedir la salida de los asesinos de la ciudad de Rafaela. Las autoridades políticas responsables de garantizar el buen funcionamiento dentro de las fuerzas de seguridad no tomaron una sola medida en este sentido, permitiendo que las irregularidades se multipliquen.
En la causa judicial, hoy consta un testimonio que implica a represores genocidas de Santa Fe, y el juez de Rafaela no sólo no declina la competencia, ya que la investigación de los delitos de lesa humanidad deben desarrollarse en la justicia federal, sino que tampoco investiga quién planificó e ideó el asesinato de Silvia. Sólo se limita averiguar la identidad del testigo reservado, a pesar de haber recibido el escrito de declaración testimonial con la figura de identidad reservada y de haberse comprometido a mantener la identidad en reserva.
Tampoco investiga los llamados telefónicos que la familia recibe, ni la suerte del video que le fuera entregado a la policía, ni nada que se salga del libreto de robo común. Entendemos que las medidas investigativas que apunten a saber si el asesinato de Silvia, responde a un crimen político por encargo, excede la competencia de cualquier juez provincial, Mognaschi no tiene facultades para investigar si los genocidas planificaron el asesinato, y es por esta razón que es imprescindible que la justicia federal intervenga en la causa.
Hoy esperamos que el juzgado del Dr. Mognaschi acepte la presentación que realizó de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación , solicitando ser tenida como parte querellante en la causa de Silvia Suppo y luego, tal como fue pedido por la Secretaría , se inhiba de seguir actuando en la causa y remita la misma a la justicia federal.
Un ejemplo de medidas investigativas inconducentes, son las adoptadas por el juzgado de Rafaela para averiguar si Silvia había mantenido relaciones sexuales o no con alguien, antes de morir, cuando los resultados del laboratorio determinaron que no había semen en el cuerpo de Silvia. El juzgado llamó a los hijos de Silvia para una ampliación de declaración testimonial donde le preguntó sobre la vida sexual de su madre, sin tener un solo elemento, prueba o evidencia física que hicieran pensar en un crimen sexual. La ampliación de testimonios que se les pidió no tenia ningún fin investigativo en pos del esclarecimiento del crimen y sólo sirvió para volver a revictimizar a las víctimas que se supone la justicia debería defender.
Es esa misma justicia que permite y autoriza a los imputados a que una vez al mes se encuentren en la alcaldía de Rafaela para acercamiento familiar, aunque consta claramente en el expediente que Cóceres no es de Rafaela y su familia tampoco. Aunque una posible connivencia policial en este caso no ha sido investigada y mucho menos esclarecida, los imputados viajan una vez al mes a la alcaldía de Rafaela sin que podamos saber cuál es el fin de este beneficio, tan difícil de obtener para la mayoría de los detenidos.
Los funcionarios políticos -como el Director Provincial de la Memoria Dr. Pedraza- que pregonan el compromiso en la lucha contra la impunidad, no son, a pesar de sus funciones, los primeros que se ponen al servicio de una investigación. Sólo emiten mensajes para justificar la falta de accionar del gobierno provincial, la secretaría de derechos humanos y el mal desempeño policial.
Hoy es imprescindible que el poder político provincial asuma un compromiso firme contra la impunidad y contribuya plenamente para garantizar a todos/as una investigación seria y profunda que no deje sospechas sobre el asesinato de Silvia Suppo.
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS
APARICION CON VIDA DE JULIO LOPEZ
ESCLARECIMIENTO DEL ASESINATO DE SILVIA SUPPO
H.I.J.O.S. Regional Santa Fe

martes, 21 de septiembre de 2010

Marchamos por SILVIA SUPPO




A 6 MESES DEL ASESINATO DE SILVIA SUPPO

Desde el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo de Rafaela a 6 meses de su asesinato creemos necesario manifestarnos públicamente y plantear que:

· El crimen se produjo a pocos días del 24 de marzo, siendo que Silvia era una militante política en la búsqueda de justicia en causas de lesa humanidad.

· El grado de ensañamiento no se corresponde con un homicidio en ocasión de robo.

· Considerando que uno de los implicados trabajaba a escasos metros del lugar del hecho, y que por lo tanto era conocido en la zona, no resulta razonable que haya tomado la decisión de robar a cara descubierta, sabiendo que lo iban a reconocer. Se deduce que la intención era matarla y es eso lo que hacen, primero la asesinan y después “roban”.

· La autopsia determinó que no existieron heridas de defensa en el cuerpo de la víctima, contradiciendo la versión de los dos implicados, los cuales se negaron a la reconstrucción del hecho.

· Desde los medios de comunicación se pretendió cerrar el caso descartando la hipótesis de asesinato político, aún cuando la investigación judicial no había comenzado.

· Llama la atención la desprolijidad en el accionar de la policía, que realizó el peritaje en el lugar del crimen en ausencia de la Fiscal y sin proteger la escena (no se cerró el perímetro y se permitió el acceso a “curiosos”), no encontró huellas en el lugar del hecho – ni siquiera las de Silvia Suppo-, no dio con testigos que reconocieran a los imputados, no pudo encontrar al remisero que trasladó a los presuntos asesinos hasta la terminal de ómnibus y, cuando la justicia finalmente lo encontró, la policía lo citó ilegalmente a declarar en la comisaría antes de hacerlo frente al Juez .

· Por otro lado, la policía no entregó a la justicia el video de las filmaciones que la concesionaria de la terminal de ómnibus le entregó a pocas horas de la salida de la ciudad de los implicados.

Por dichas irregularidades por parte de la policía rafaelina, hemos decidido presentar una denuncia en Asuntos Internos en Santa Fe el 25 de agosto de este año.

· Todavía falta ubicar a un remisero, el que los acusados dicen haber llamado luego de cometer el hecho y que la policía, el juez y la fiscal tampoco han hallado. Tampoco parece haber preocupación por hacerlo, algo que, no creemos que en una ciudad del tamaño de Rafaela sea una misión imposible. Esto pone en evidencia la falta de preocupación y de iniciativa de los fiscales que hasta el momento han solicitado escasas medidas de investigación.

· A 6 meses del hecho todavía no tenemos el listado de llamadas entrantes y salientes del celular de Silvia.

· Tanto el Juez, como la fiscal y la secretaria del juez no tuvieron tiempo para recibir a representantes de la Unidad de Victimología de Nación en su última visita a nuestra ciudad. Parece ser que la justicia rafaelina no tiene tiempo para Silvia Suppo.

· Las llamadas que recibieron los familiares no han sido explicadas. Aún desconocemos quiénes las realizaron y no vemos ninguna medida de parte del juez ni de la fiscal que apunten a esclarecerlas.

· Ninguna de las dos autopsias pudo determinar con exactitud si los cuchillos que los imputados dicen haber utilizado son los que le han provocado la muerte. A la vez, en las mismas, se describe un golpe en la cabeza que nunca pudo ser explicado y que no coincide con lo declarado por los imputados.

· No se encontraron ni huellas, ni rastros de sangre ni en los cuchillos, ni en la ropa de los imputados.

· Los hijos de Silvia fueron revictimizados por el juez y la fiscal cuando partiendo de una tendenciosa y errónea interpretación de los resultados del hisopado vaginal los indujeron a creer que habían sido hallados restos de semen, cuestión desmentida por la propia bioquímica. Luego de desmoralizarlos, les preguntaron si tenían la intención de elevar esta causa a la justicia federal, cuando esto no constituye una decisión que dependa del único criterio de los familiares, abogados, fiscales o siquiera el juez, ya que, se trata de causales objetivas. Es decir que está previsto por lo legislado el ámbito competencional de cada causa.

Atendiendo a todo lo mencionado, consideramos que el desarrollo del expediente deja lugar a un sinnúmero de dudas.

Últimamente tomó contacto con los abogados de la querella una persona que tenia datos e información para aportar a la causa para su posterior investigación. Debido a la gravedad de la información y, por motivos de seguridad, no se informó de ello abiertamente. Pero sí, se acudió a las autoridades nacionales competentes: Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados y Programa Nacional Verdad y Justicia quienes brindaron su colaboración y asesoramiento. Con estos elementos, y teniendo en cuenta que el testimonio identifica como responsables del asesinato de Silvia a condenados e imputados por crímenes de lesa humanidad, se presentó la testimonial bajo la figura de identidad reservada en el juzgado federal N°1 (órgano competente en delitos de lesa humanidad) a cargo del Dr. Rodríguez que investiga la causa “Hattemer-Suppo-Destéfani”, en la que los hijos de Silvia son querellantes.

El Juez Rodríguez resolvió desglosar la testimonial y remitirla al juzgado de Rafaela junto con los datos del testigo de identidad reservada, sin notificar en tiempo y forma a la querella ni a los miembros del Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, hecho no menor, dado que, estos últimos, son los garantes de la seguridad del testigo.

Lamentamos que desde el juzgado de Rafaela, se haya “filtrado” a un medio gráfico local la existencia de este testimonio y parte de su contenido. Consideramos que esto evidencia la falta de ética profesional y la negligencia por parte del juzgado y que de existir algún tipo de consecuencias para la seguridad del testigo y de los querellantes, este juzgado, se convertiría en el responsable directo.

Nos preocupa que en la nota mencionada anteriormente se enuncie la posibilidad de represalias o “ajustes de cuentas” para con el testigo y los querellantes como meras “consecuencias no deseadas” en un claro intento de reinstalar la cultura del miedo propia de otras épocas.

Luego del testimonio mencionado, este viernes 17 de setiembre Virginia Blando, como representante del Gobierno Nacional se constituyó como querellante en la causa y como tal pidió al juez Mognaschi que declinara en su competencia elevando la investigación al fuero federal.

Nuestro compromiso ha sido y es con la búsqueda de la verdad y la justicia, por eso nos convocamos este domingo 26 de setiembre a las 18 horas para marchar desde el cine Belgrano a la Recova Ripamontti exigiendo:

· esclarecimiento ya del asesinato de Silvia Suppo

· una investigación profunda, seria y que no descarte ninguna hipótesis

· cárcel común, perpetua y efectiva para todos los represores y genocidas

· verdad y justicia para todos los compañeros y compañeras

· al poder político, que ponga al frente de las distintas fuerzas personal idóneo, comprometido con la democracia y la justicia. Les pedimos que sean verdaderos custodios del Estado de Derecho.



Muchas gracias.

Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo Rafaela

lunes, 13 de septiembre de 2010

Historias Militantes - Osvaldo Valdi Colombo


Osvaldo “Valdi" Colombo

Cuando uno pregunta a los amigos por "el Valdi", todos responden "era un tipo bueno", y entonces uno piensa ¿podría ser de otra manera? ¿Podría alguien que no fuese esencialmente bueno plantearse dejar todo para luchar por los demás? Por supuesto que no, planteado así, de todos podemos decir que eran "unos tipos buenos". ¿Qué tenía el Valdi de especial? Quizás su sencillez, su manera de compartir, su buen humor que hacía que nunca se enojara con nadie, todos lo recuerdan además como un tipo alegre, piola, divertido, aunque un poco tímido. Su vida era la militancia, la que lo acompañaba hasta en las bromas, le gustaba juntarse en grupo para charlar, comerse un asado, tomar un vino y disfrutar de la amistad, la vida, la juventud, el compañerismo.
Era rafaelino, había venido a Santa Fe en 1973 para estudiar arquitectura en la Universidad Católica de Santa Fe. Trabajaba como fotógrafo, pero la fotografía era también un hobby que ejercitaba en todo momento, encuentros de amigos, asambleas, actos, manifestaciones. ¿Dónde estarán las fotos del Valdi? ¡Qué magnífico testimonio de una época serían si se lograra encontrarlas!. En la Universidad fue formando su conciencia revolucionaria, y ella fue la guía de su conducta, del trato con la gente, con los compañeros, de todo. Fue miembro de la conducción de la JUP.
Valdi murió peleando, era bueno, pacífico, pero no soportaba la injusticia, el autoritarismo o la prepotencia, era un tipo valiente y enfrentó a sus enemigos hasta la muerte. Fue en Corrientes en el 6 de noviembre de 1976.
Osvaldo Isidoro Colombo, "Valdi" para todos, nació el 13 de enero de 1952 en Rafaela, Provincia de Santa Fe. La familia estaba formada por Ángel y Velia y sus cuatro hijos: Osvaldo, María Rosa, Mauricio y Maria Alicia (la que relata estas memorias).
Mi madre era una persona muy especial, que nos enseñó a amar la vida a través de la naturaleza y de las cosas simples y cotidianas. Crecimos en un patio enorme, lleno de animales, perros, plantas y árboles. Valdi ya perfilaba su vocación de arquitecto construyendo casas, con todo tipo de materiales y en cualquier lugar del patio. Ya sean de uno o de otro, mi casa siempre estaba llena de amigos.
Yo era la hermana menor y nací ocho años después que Valdi. Como buen hermano mayor, él era mi segundo referente afectivo. Yo lo adoraba, sentía orgullo y admiración por él. Tenía una personalidad sumamente extrovertida, alegre, inquieta, siempre en movimiento. Era muy protector de sus hermanos. Su inteligencia no tenía límites, Vivía cada día como si se le fuera a terminar la vida al día siguiente, a fondo.
Recuerdo verlo hacer las cosas con una pasión inusual: su fotografía, su pequeño laboratorio de revelado instalado en el lavadero de mi madre, en el cual trabajaba con su amigo el "Negrito" Huber. Nada pasaba por esta vida sin ser registrado por su cámara Kodak, colgada siempre de su cuello (una flor, un amanecer, un bautismo....). Leía, leía mucho y todo lo que llegaba a sus manos. Lo recuerdo en el altillo de mi casa, trabajando en algo, estudiando o leyendo. Por supuesto, no me dejaba subir porque me cuidaba y posiblemente yo también molestaba demasiado.
Se pasaba noches enteras leyendo y al día siguiente todos llegábamos tarde a la escuela, porque mi madre no podía despertarlo. Tenía muchas condiciones para las artes plásticas, la pintura, el dibujo, la escultura. El fue para nosotros el "hermano mayor", el protector, el cuestionador, el que abría caminos para romper con algunas normas rígidas y mandatos sociales de la época, y por supuesto provocar algunos "dolores de cabeza" a mis padres.
Al menos en mí, calaron muy hondo las largas charlas que él mantenía con mi madre, sobre la política, la religión, temas de la vida, la militancia. A veces discutían porque las diferencias generacionales eran muy grandes. Pero creo que en el fondo, Valdi era un comunicador innato, estaba siempre dispuesto a la charla y al intercambio de ideas. Con el tiempo me di cuenta que no solamente yo tenía esta imagen de él. Aún hoy encuentro personas que me lo describen como alguien especial.
Sí era muy especial, quizás porque tenía esa ternura a flor de piel, que evidentemente llegaba a la gente, porque así lo recuerdan todos.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Católica de los Hermanos Maristas. Inició sus estudios de arquitectura en la Universidad Católica de Córdoba en el año 71. Recuerdo su moto, creo que marca Gilera, con la cual viajaba mucho. Todavía siento la sensación de felicidad que me embargaba cuando escuchaba el ruido del motor, cuando nos visitaba los fines de semana. En el año 73 se traslada a la ciudad de Santa Fe para continuar los estudios en la Univer­sidad Católica.
Allí conoce a su compañera María Rosa Arguello con quien se casa aproximadamente en el año 74. No registro mucha militancia, supongo que comenzó desde temprano.
Lo único que sé es que su vida era una militancia. Sus ideales ocupaban todo su espacio interior y exterior: la idea del "hombre nuevo", la justicia social. Tenía graves problemas para aceptar las injusticias y las diferencias sociales y esto lo llevaba cada vez más a involucrarse y a comprometerse con el contexto histórico y político que lo rodeaba. Fueron años de cambios vertiginosos, en los que supongo, nadie pudo siquiera imaginar la tragedia que se avecinaba. No me siento con derecho a cuestionar sus opciones, sólo rescato su verdadera esencia, sus ideales, sus proyectos, su entrega por el otro, su amor por la vida, su riqueza interior, su sentido de la justicia.
Su muerte marcó profundamente a mi familia y a mí, que me tomó por sorpresa, a una edad en la cual entendía poco y nada de lo que pasaba. Fue un antes y un después. Fue encontrarme en el vacío total, de pronto la gente que era mi referente de vida, ya no estaba más. Me costó mucho reconstruir mi historia y perdonar a las personas que por dolor o indiferencia eligieron el silencio. Me acostumbré a no preguntar. Uno o dos años antes de su muerte, dejé de ver a mi hermano. Fue una época de muchos silencios, de mucha angustia, de vivir sobresaltados esperando noticias, buenas o malas.
Valdi fallece el 06-11-76, en la ciudad de Corrientes.
El diario de esa fecha describe el suceso como un gran enfrentamiento armado. Dos cosas me impactaron, la palabra "sedicioso" y "subversivo" y el hecho de ser tres contra doscientos efectivos policiales y militares. Fue enterrado en una fosa común. Cuando mi padre rescató el cuerpo tuvo que pagar por una partida de defunción falsa, donde figuraba como NN, para poder retirarlo. Relata mi padre que uno de los militares que le entregó el cuerpo le dijo: "Sr. Colombo, tiene que estar orgulloso porque su hijo murió como un valiente", que terrible y paradójica esta anécdota no?
Lo recuerdo con su característico gesto de afecto, su mano en el hombro y su mirada luminosa, llena de vida y después de 30 años aún no me resigno a su pérdida. Sí me quedó el orgullo de haber sido la hermana de un ser excepcional.