miércoles, 8 de diciembre de 2010

Suppo a la Federal.

“No hay pruebas que avalen el asesinato en ocasión de robo”.

Lo asegura Andrés Destéfani a ocho meses del asesinato de su madre, Silvia Suppo, quien fuera brutalmente asesinada el 29 de marzo en Rafaela. La reciente decisión de la Cámara de Rafaela de elevar la causa a Justicia Federal, permite que sea tratada como un hecho de lesa humanidad.
Silvia Suppo denunció con nombre y apellido a personal policial de Rafaela que participó en su secuestro y en el de Hattemmer en el año 1977 y también denunció a la policía y a represores de Santa Fe. Hay que recordar que las detenciones de Silvia, del hermano de Silvia, Hugo Suppo y la de Jorge Destéfani se produjeron en Rafaela con la participación de la policía local, con personal que incluso estuvo en función hasta hace poco. Andrés Destéfani, su hijo, señala que no hay que desvincular la denuncia que efectuara Silvia de la de su compañero y pareja Jorge Destéfani, quien denunciara en el mismo sentido, porque aclara “podrían pensarse como causas separadas, pero en definitiva apuntan a los mismos implicados en sus secuestros”. Su testimonio en causas de lesa humanidad le costó la vida.
Con el asesinato de Silvia se intentó encubrir un crimen político mediante la fachada de un asesinato en ocasión de robo, maniobra que intentó cerrar la investigación pero que contuvo un claro mensaje intimidatorio para quienes todavía tienen que atestiguar. Este accionar recuerda la desaparición de Julio López y en ese sentido Andrés sostiene que “hay muchos puntos que para mí podrían compararse entre la desaparición de Julio López y el asesinato de mi mamá. Los dos son testigos en causas de lesa humanidad y tanto con la desaparición de López como con el asesinato de Silvia lo que se juega en ambos casos es el deseo de los represores de garantizar su propia impunidad. Aquí no sólo se frenaron causas concretas contra represores, el asesinato y la desaparición, actúan de modo tal que generan miedo para que no se avance en otras causas. Las motivaciones y las consecuencias de los dos hechos para mí son políticas”.
La causa que se encontraba en la Cámara de Rafaela, acaba de elevarse a Fuero Federal debido a la apelación y al pedido de inhibitoria que solicitaron los querellantes Marina y Andrés Destéfani y de igual modo lo hizo la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, basándose en los elementos probatorios que son principalmente, la declaración del testigo de identidad reservada que vincula el asesinato de Silvia Suppo con represores de la última dictadura militar y las características de la víctima quien recordemos fue querellante e impulsaba causas de lesa humanidad no sólo contra el ex Juez Federal Víctor Brusa, sino contra otros represores. “A partir de la negativa del Juez Mognaschi de inhibirse nosotros apelamos –comenta Andrés-, y por ese motivo la causa pasó a la Cámara de Rafaela que con la decisión de elevarla a la Justicia Federal actuó con la responsabilidad y el profesionalismo que veníamos exigiendo, para garantizarnos a los familiares, al resto de la sociedad y a todos los y las testigos que están en situaciones similares a las que estaba Silvia, que se investigue para terminar con la impunidad”. En este sentido, la decisión de la Cámara rafaelina promueve que la causa sea tratada como un hecho de lesa humanidad y no como un delito penal común, como se lo procesaba hasta el momento. Ahora sólo depende de que el Juez Federal Rodríguez la acepte, si no lo hace, la Corte Suprema deberá intervenir dado que se generaría un conflicto de competencia, tal como pasó en el caso López.
Sorprendió la negativa del Juez a que la causa pase a Justicia Federal, Andrés sostiene que “el Juez Mognaschi alegó que no existen pruebas que ameriten que el asesinato de Silvia tenga relación con su testimonio en causas de lesa humanidad y por lo tanto negó su carácter político, cosa que para nosotros es insostenible. Esta es una actitud que dicho Juez sostuvo desde el primer momento y lo siguió haciendo a pesar de no haber investigado y sin tener pruebas contundentes que demuestren lo contrario o que prueben que fue un crimen en ocasión de robo. No hay hasta el momento ninguna prueba que avale la hipótesis del asesinato en ocasión de robo”.


Supuestos autores del hecho que se contradicen.

Las únicas pruebas existentes hasta el momento son las autoimplicaciones de los supuestos asesinos, quienes dicen haber cometido el crimen pero que dejan lugar a muchísimas dudas y que manifiestan sobradas contradicciones e imprecisiones en sus declaraciones. Entre ellas y la más llamativa y poco creíble es que los cuchillos hallados con los que se practicaron nueve puñaladas no tengan rastros de sangre. Según declaraciones de los imputados el ataque –que implicaría un forcejeo- se produjo en la parte delantera del negocio (cosa que se contradice con lo hallado en las autopsias en las que no se evidencias signos de resistencia) y que luego Silvia es arrastrada doce metros hacia el fondo del local. Es inverosímil que en todo ese trayecto no existan rastros de sangre y que Silvia haya conservado en su lugar los anteojos que usaba habitualmente.


Un Juez que no investigó, en una causa llena de irregularidades.


No hubo excusas por parte de la Fiscal y del Juez en su actitud de no investigar durante estos meses porque tuvieron a su disposición todos los recursos materiales -económicos y técnicos- para poder llevar a cabo las investigaciones. Continúa enfático Andrés: “Contaban con el apoyo del gobierno Provincial, de la Unidad de Criminología de la Provincia y de la Nación también, y sin embargo no se hizo uso de esos recursos. Por el contrario el Juez y la Fiscal se negaron a recibir en dos oportunidades a Alberto Linares, representante de la Unidad de Intervención en Victimología dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación”.
Para Andrés está claro que la justicia, la policía y los demás sectores de poder funcionan de manera casi corporativa en ciudades relativamente chicas como Rafaela, y es difícil que no haya demasiados lazos entre ellos, están muy vinculados entre sí. “Uno puede suponer muchas cosas, pero uno no puede decir directamente por qué el Juez no investigó, en todo caso uno puede decir qué es lo que se hizo y lo que no. Lo que está claro es que las desprolijidades e irregularidades en el accionar policial, apenas ocurrido el hecho, existen, y que el Juez no las cuestionó”. Hasta el momento tanto el Juez como la Fiscal habían solicitado nulas o escasas medidas investigativas y casi todo lo que hay en el expediente surge de lo actuado por los querellantes, medidas promovidas por los mismos tendientes a esclarecer el hecho.
Andrés insiste en la falta de iniciativa a la hora de investigar del Juez: “A lo que se abocó es a apilar hojas al expediente, pero a hacer muy poco, mal e incompleto. Esto se demuestra claramente en el tratamiento que se dio sobre el testigo de identidad reservada, donde se intentó más revelar su identidad que corroborar sus dichos, comprometiendo así la seguridad del propio testigo y de nosotros los querellantes”.
Un dato que demuestra el poco grado de interés y profesionalismo es que a ocho meses del asesinato de Silvia, el Juez Mognaschi todavía parece no saber el nombre completo de la víctima. En lugar de Silvia Susana, aparece como Liliana hasta casi las últimas hojas de los nueve cuerpos con los que ya cuenta la causa. Dato que parece menor en la gran cantidad de irregularidades, pero que no deja de ser revelador en el tratamiento que desde el inicio se le dio a la misma.
Justicia Federal YA.
El pasado 29 de noviembre el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo ante la falta de iniciativa de la justicia de Rafaela en el esclarecimiento del crimen, decidió realizar una intervención en la puerta de tribunales de esa ciudad en horas del mediodía, exigiendo que la causa sea elevada a la Justicia Federal. En dicha ocasión se entregaron volantes a las personas que transitaban la zona con la intención de sensibilizar sobre el tema. Además dicho Espacio está convocando para las próximas actividades: el viernes 10 de diciembre habrá teatro, el sábado 11 realización de un mural con artistas locales y el domingo 12 del mismo mes se realizará la marcha que se viene sosteniendo cada mes en la ciudad exigiendo el esclarecimiento inmediato del crimen.


Reunión con Aníbal Fernández.

Por otro lado los hijos de Silvia fueron recibidos en la Casa de Gobierno -por segunda vez tras el crimen y antes de conocer el fallo de la Cámara de Rafaela- por el jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández el pasado 3 de diciembre. Dicho encuentro fue gestionado por Alberto Linares, representante de la Unidad de Intervención en Victimología ya mencionada, con motivo de ratificar el respaldo oficial al pedido de que la causa de su madre sea tratada como un hecho de lesa humanidad en fuero federal.
Aníbal Fernández atendió a los hijos de Silvia antes de participar en la Cumbre Iberoamericana que se desarrolló en Mar del Plata. Según palabras de Marina –la hija de Silvia- , “fuimos a agradecer la querella que presentó la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación ante el juzgado del juez Mognaschi y ante la negativa del mismo juez –decisión que no registra antecedentes en el país-, le solicitamos a Fernández apoyo para que la causa sea elevada a Justicia Federal. Se mostró muy comprometido, atento a todo lo que planteamos con mi hermano y preocupado, dado que le manifestamos que es un momento crucial para la causa, además nos aceptó el pedido que le hicimos”.


“A mi madre la extraño en lo cotidiano”


Andrés recuerda a su madre en la lucha, en la valentía de enfrentar la vida todos los días, en el no olvidarse de sus compañeros. Pero sobre todo la recuerda en las pequeñas cosas de la vida cotidiana en las que ella demostraba su entereza, su fuerza y su alegría. “Ella me trasmitió que lo que hiciera lo hiciera con pasión, entregado de lleno a los proyectos que me interesan”.
“Estas situaciones límites a uno le marcan un camino y una responsabilidad también, y en ese sentido uno se replantea muchas cosas y empieza a ver la importancia de tratar de transformar la realidad. Creemos con mi hermana que la mejor manera de hacerlo es a través de la militancia, de la participación, del activismo y tuvimos la suerte de que se conformara un espacio ante este hecho que movilizó espontáneamente a familiares y compañeras y compañeros más cercanos y que luego fue acercando más agrupaciones de Rafaela. Para nosotros la conformación del Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo fue una contención y un apoyo y también un espacio en el que pudimos sentirnos representados, allí pudimos encontrarnos con otros y otras que están en el mismo camino y que ya venían y siguen trabajando por los Derechos Humanos desde otros lugares.”
“Siento además que ante este hecho doloroso hay una lucha en la que uno toma la posta, de algún modo es una apertura y un intento de continuar con las ideas y proyectos que tenían nuestros viejos y que nos vincula a ellos desde este otro lugar y actualizando la lucha en el contexto que vivimos”. La sonrisa de Andrés nos alienta a seguir ese camino.


Dahiana Belfiori.
Integrante de Enredadera grupo de mujeres y feministas, en el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo.

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