Yolanda Ponti era muy joven, vivió apenas 19 años, pero le alcanzaron para ser una gran persona que dejó una huella profunda en todos los que la conocieron, así nos lo dice el relato de sus hermanos, el novio y amigos.
¿Cómo recuerdo a Yolanda ?
¿Cómo recuerdo a Yolanda ?
Yolanda era la menor de nosotros, 4 hermanos. Una chica de una gran sensibilidad, lo que no le impedía ser muy determinada en sus propias ideas.
Siendo adolescente ya se interesaba mucho por los temas sociales. A partir de esa época (6 años menor que yo) empezamos a tener una muy buena comunicación, compartíamos intereses y creamos una gran complicidad. Me impresionaba su madurez y me preocupaba por que no quemara etapas de su juventud.
La frivolidad le molestaba mucho. Era crítica con respecto a /as fiestas de sus compañera que festejaban los 15 años, porque las consideraba superficiales. Ella ya estaba en otra cosa. Se identificó inmediatamente con la gran efervescencia social que se vivía en el país en los años 72 y 73.
Los fines de semana, cuando yo regresaba de Santa Fe, eran momentos de mateadas con ricas charlas; tenía un buen sentido del humor mezclado con una fina ironía. Era siempre curiosa por saber lo que ocurría en el mundo de la militancia de allá. Al tiempo que me contaba lo que habían hecho en el grupo de los estudiantes secundarios, el AES, la revista con ese nombre increíble de "Que hacer" y otras cosas de la ciudad.
En el 75 fue a Santa Fe a estudiar Servicio Social. Era su manera de dedicarse a fondo y de profesionalizar sus motivaciones.
Ya eran tiempos duros por la represión. Al año siguiente traté de que piense en irse de Santa Fe, donde era conocida y estaba muy expuesta. Imposible entonces de convencerla. Para ella irse, equivalía a una traición. Yo sabía de su determinación.
Toda mi influencia de "hermano mayor" era inútil y vivía eso con temor y como un mal augurio. Yolanda tenía esa convicción y una visión determinante, tal vez propia de su juventud. Murió a fines de 76 defendiendo sus ideales. Tenía 19 años.
Junto a los lindos recuerdos que conservo de ella, del cariño mutuo que nos teníamos, además de la tristeza de su pérdida, me queda la interrogación sin respuesta, sino tendría que haber insistido aún para ayudarla a protegerse más.
Pepe, mayo del 2007.
Mi hermana menor.
Con Yoli, con la que teníamos poca diferencia de edad, compartimos nuestra infancia, las vacaciones, las tareas de la escuela.
Crecidas ya, adolescentes, noté que era muy dueña de sus ideas. Nadie ni nada se las iba a cambiar. Recorría los barrios ayudando a las personas más necesitadas. Era muy hábil en las manualidades. Aprendía a tejer, a cocinar naturalmente, sin ningún esfuerzo. Decidió estudiar asistente social, porque con esa profesión le sería más fácil estar en contacto con los necesitados.
Sin embargo en la mitad de su carrera y en el comienzo de su vida como adulta, sus ideales se la llevaron.
Nos quedaron muchas cosas en el camino, verla ser madre; algo con lo que soñaba y que me había confiado, tener su hogar y compartir las cosas sencillas de la vida. Nos dejó su recuerdo de una chica sencilla, humilde, sensible, generosa, dispuesta a ayudar. Sus sobrinos, hermanos y cuñados la recordamos siempre. Yoli te amamos.
Tu hermana Mercedes, mayo del 2007
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