lunes, 21 de febrero de 2011

Historias militantes - Cecilia Marfortt de Trod


Cecilia Marfortt de Trod


“Nació el 11 de mayo de 1950 en Villa Ballester provincia de Buenos Aires y se casó con Jorge en Abril de 1973, un día martes de lluvia en la Iglesia Santa Rosa de Lima al mediodía. Estaban re-enamorados, se hizo un traje de novia y se puso tantos ruleros (porque le gustaban los rulos) pero ya cuando entró a la iglesia entre la llovizna y su rebelde cabello lo tenía lacio como siempre. Hicieron la fiesta en la casa de sus papas y después se fueron de luna de miel en una Cross Country a Córdoba. Luego se fueron a vivir a Esperanza, ya que Jorge seguía con sus estudio; vivían en calle Crespo y la casa estaba llena de amigos, y la Chechi tan habilidosa en costura bordaba y enseñaba manualidades, profesión en la que se había destacado en la Escuela Industrial de Rafaela. Me acuerdo de unos trajes de novias que hizo para dos estudiantes de veterinaria. Aquí empezó su tarea comunitaria, iba a los barrios marginados (Barrio "Las Latas") a ayudar a la gente carenciada, arreglando techos, zanjas, etc. Y siguió su tarea pedagógica ya que les enseñaba a las mujeres y jovencitas a hacerse y arreglarse la ropa, a tejer y a bordar.
Después lo tuvo a Mariano, para ella era el "Turquito", luego se fueron a vivir a Santa Fe, ya que en Esperanza habían comenzado enfrentamientos ideológicos con otros sectores; y después a San Nicolás, donde en el 76 quedó embarazada de Carolina. De ahí en más, todo pasó sin que sepamos demasiado de ella y de su compañero, pero en este tiempo poco tiempo que yo pude estar con ella, la conocí profundamente, conocí su generosidad, el pasar por la vida con buen humor, con alegría, siempre trabajando, para su familia y sus amigos, y para la gente que ella consideraba que necesitaban de su ayuda... También supe de su gran tristeza por no tener a Mariano con ella...las cosas estaban muy peligrosas...
No es que hoy yo estoy recordando a Chechi, la recordé y la recuerdo siempre, la recuerdo cuando hago cosas que ella me enseñó (enhebrar la aguja con lana)...en estos casi 30 años que ella no está físicamente, pero en mi corazón está en un lugar especial; y sobre todo recuerdo su alegría, fuimos amigas y nos llevamos muy bien. Ami me pasaron cosas, no tan buenas a lo largo de estos años, y siempre pensé que distinto hubiese sido todo si yo hubiese tenido a mi gran amiga y cuñada Chechi. La extrañé mucho y hoy la recuerdo con gran amor". Testimonio de su cuñada Vilma

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